Quizás soy un alma perdida, que no tiene rumbo, que lleva una vida sin fundamento, que no tiene deudas ni hijos que mantener y por eso me comporto de esta forma tan idiota frente a los conflictos, de esta manera evasiva de enfrentar la vida, riéndome de ti y de mi, porque sobretodo me río de mi y de lo absurdo que pueden ser las cosas que pienso y por las que he intentado sufrir. Pero sufrir no me resulta, ni sufrir por otros me resulta, fíjate. La vida es tan re loca ¿para qué preocuparnos por leseras y andar llorando por los rincones por problemas que a veces tienen la solución ahí, frente a tus ojos, pero por llorar y lamentarte no las ves? No sufran, gente. No se tomen la vida en serio, las deudas algún día se acabarán, los problemas existenciales sólo se dan en la adolescencia y los vasos tienen muy poca agua cómo para ahogarse.
Claro, si usted me cuenta su drama espere sólo un consejo weón, uno que quizás no le solucione la vida, porque ni mi vida está resuelta, pero le aseguro que si no le dan ganas de matarme, al menos sonreirá. La vida es una juerga, si usted llora mucho no va a poder disfrutar de todo lo que nos tiene preparado, deje de lamentarse por sus amores juveniles y sus infidelidades patéticas, deje de pensar en los regalos del día del niño y que se acerca la navidad y el cumpleaños del tío, del perro, del abuelo, de la mochila, de la mesa... viva y no regale muchas cosas, así no sólo no tendrá deudas, también tendrá menos regalos feos que devolver en su cumpleaños. La vida no es seria, la vida es la vida, vívala, no se preocupe que para eso está el tiempo, para qué tome todas las precauciones por nosotros y que cuando ya no podamos más nos diga adiós, hasta aquí no más llegaste....
