Yo estoy muy confundida con todo esto, así que no puedo imaginar ni un poquito lo que están sintiendo los chiquillos y mi tío, porque su dolor sí debe ser insoportable y su duda es la más grande de todas. Insisto en preguntarle por qué no siguió luchando, por qué no espero que el Rorrito fuera más grande, por qué se fue sin despedirse. Pero sé que nunca obtendré una respuesta y ellos también saben que no tendrán respuesta más que su compañía y su nunca dejarlos solos. Mándenos mucha fuerza tía. Acá todos deben seguir con sus vidas, continuar de una u otra forma con sus rutinas, pero para sus hijos y mi tío, usted era parte de sus rutinas y sé que jamás podrán llenar, aunque se lo propongan y se ordenen y hagan mil cosas, el espacio que su partida dejó vacío.
Hay muchas cosas que no entenderé, porque simplemente no caben en mi cabeza y la muerte es una de ellas. Fui a tres funerales en menos de dos meses y aun así no puedo entender, de hecho cada vez se hace más complicado. Las ideas van y vienen y no soy capaz ni siquiera de llorar, porque simplemente no quiero aceptar que tuvo que irse. La quiero mucho y quiero mucho a su familia también. Gracias por todo lo que nos entregó, de verdad.